Hasta aquí
Si pudiéramos experimentar una voluptuosidad secreta cada vez que no se hace ningún caso de nosotros, tendríamos la llave de la felicidad.
E. M. Cioran, CUADERNO DE TALAMANCA
Siento que esa ha sido la sensación que he venido experimentando estos meses que he pasado sin hacerme ningún caso. Una voluptuosidad nada secreta (tan poco secreto en mí...) apresurada, de moribundo, de ex-presidiario, de adolescente ebrio.
Hasta que volví a mirar hacia mí y me vi igual que aquellas vacaciones de navidad, aquel primer año de Universidad, aquel último día de clases que duró un fin de semana completo alcoholizado. Que yo quería seguir. Pero todos tenían que coger un tren. Comer con su familia. Llamar a sus novias...
¿Por qué tengo la impresión de que me he quedado solo dejándome llevar en pubertad?
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