lunes, marzo 25, 2002

Tiene "Los aires difíciles" de Almudena Grandes la gran virtud de narrar buenas historias con personajes construidos desde la bonhomía y el cariño que la autora siente por el ser humano y que me demuestra los domingos cuando tomamos café juntos: yo en mi salón al sol y ella desde la página de EPS.
No sé si escribir una novela decimonónica en el siglo XXI es bueno o no. Lo que sí sé es que en el caso de Grandes su talante personal, su bondad - a diferencia de lo que aseguraría Javier Marías - mejora considerablemente su obra que respira verdad.
Muy de agradecer las referencias a los grandes perdedores de la guerra española cuyos herederos perdieron en la democracia la facultad de dar la vuelta a la historia de siempre y que empareja de manera rara esta buena novela de Almudena con la espléndida "Romanticismo" de Longares de la que ya hablé.