viernes, marzo 15, 2002

Viernes por la mañana. Me despierto a las 6 cada día y escribo hasta las 7:30.
No es sólo el placer de escribir. Es el privilegio del silencio y el tiempo propio.
Y el placer de escribir sin ruidos.
Salir de casa con la historia en la cabeza y vivir con ella el día.
Parole. Parole. Parole.