Amores imperfectos
Edmundo Paz Soldán es un autor boliviano que desconocía y de quien acabo de leer una colección de cuentos titulada "Amores imperfectos"; nada del otro mundo.
Pero como en todo "amor imperfecto", hay destellos que merecen la experiencia.
Uno de ellos es un brillante ejercicio literario cínico que resume la trayectoria de la poesía latinoamericana a lo largo de un siglo, y que aparece en el cuento titulado "Epitafios":
"(...) mi tatarabuelo Esteban, muerto hacia 1899:
Hay un sepulcro y una estatua en el centro del jardín de oro
Yo estoy en el centro del jardín
oro convertido en polvo.
Mi tía abuela María Lilia deja estos versos en 1929:
¡Ser! ¡Vida! ¡Plenitud!
Esas palabras, me temo,
no son lo que ya soy.
Y mi padre, quince años atrás.*
Con tu puedo y con mi quiero, ¿somos mucho más que dos?
Ahora somos mucho más que dos, compañero, somos nada que divaga en infinito."
El otro, es la dedicatoria de "La invención del marqués":
a Javier Marías, por si acaso
*(NotadeBob: 1983, aproximadamente)
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