No leas mis labios... píntamelos
(ADVERTENCIA: Este 'post' no es apto para diabéticos. Supura dulzona gratitud.)
Cristina cierra el cuarteto de amistades privilegio.
Hoy hemos sustituido nuestro rito sushi por un restaurante popular de menú
(arrozalacubana + escalopinesconsalsaespañola + costillasasadas).
Cristina no me considera un desastre, sino un valiente. Bueno. Guapo. Listo (yo: yo que me merezco un príncipe o un dentista.)
Me quiere. Me lee. Me hace reir y se ríe a carcajadas con mis tonterías.
Mis amigos - cada día - se empeñan en demostrarme que no tengo razón. Que no soy lo peor. Gracias.
[Gracias también al recién llegado: No leas mis labios... píntamelos]
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