miércoles, enero 27, 2010

VÍCTIMA DEL AGRO-SARTORIALIST (Basado en hechos reales)

Sigo publicando mi página en PRIMERA LÍNEA. Aquí tenéis la del número de febrero:

Gran Vía madrileña, sábado de finales de septiembre, solo unos minutos después de que se celebrara en la Puerta del Sol una manifestación de agricultores en protesta por el abuso de los intermediarios y la ruina del campo, lo que vale su trabajo frente a lo que cuestan las frutas y verduras. Salgo de La Casa del Libro, de comprarme “Un país mundano”, el último poemario de John Ashberry, un poeta que me conmueve siempre. Visto para la ocasión unos zapatos marrones con cordones amarillos, unos leotardos color vino (de burdeos), pantalones bombachos de ante, un chal de seda en plata y morado del diseñador belga Dries van Noten, un abrigo vintage de cuadros y un enorme bolso, también en color burdeos, de Yves Saint Laurent. (Después de hacer este detallado recorrido por mi atuendo caigo en cuenta de que soy uno de los pocos colaboradores de esta revista que ganan más con ropa que sin ella. Maldita sea mi estampa...)

Espero en la acera impar de la Gran Vía a que pase un taxi libre que me lleve a comer a la casa de un matrimonio amigo que me ha prometido un curry delicioso, cuando de pronto aparece a mi lado uno de los agricultores manifestantes, banderín del sindicato agrícola en mano, y me pide por favor que pose junto a él ante la cámara digital que empuña su hijo adolescente, que nos retrata varias veces, que me retrata en solitario otras tantas. Sonrío como si fuera idiota. El muchacho me mira fascinado. Supongo que en la calle mayor de su pueblo valenciano no se ven mamarrachas tan osadas como yo. Al menos vivas. Me vuelve a fotografiar. Sonrío.

Para un taxi. Libre. Le doy la dirección donde quiero que me lleve, una calle con nombre de constelación que solo se encuentra en los GPS, y a continuación saco mi Blackberry para twittear: “Acabo de ser víctima del agro-Sartorialist”. Entiendo que es una entrada muy contemporánea porque esa misma semana estuvo en Madrid y Barcelona el Sartorialist presentando en un par de outlets su primer libro de fotografías callejeras a viandantes con estilo.

Más tarde, de noche, ya de vuelta al Hotel de las Letras donde me alojo, pienso que en algún boletín sindical agrícola aparecerá un día una foto mía. Si es que los boletines sindicales agrícolas incluyen entre sus páginas una sección de Gente, Moda o Sociedad. Pienso también que, si algún día vienen mal dadas, siempre me podré ganar la vida como azafato extravagante en ferias agropecuarias y cobrar por mis posados.

Una vez en la cama de mi habitación del hotel elijo leer al azar uno de los poemas de Ashberry, del libro que compré esa misma mañana, antes de saber que me convertiría en un icono de la moda rural o en la gran sensación editorial de las publicaciones sindicales. Abro “Un país mundano” por una página cualquiera y me encuentro con un poema fabuloso, en cuyo final leo:

“Solo es un jirón, en serio, un fragmento de vida
en el que nadie más parecía interesado. No es lo que pueda uno llevar:
forma parte de la decoración, el baile, para siempre”.

Y se me bajan los humos, tanto que me enciendo un cigarrillo. Para compensar.

1 Comments:

Anonymous Plusque said...

En el campo terminaremos los dos, vos igual de elegante y yo tomándote fotos. Ese será nuestro agro-sartorialist way of life.

12:45 a. m.  

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