viernes, enero 23, 2004

¡Salud!


A. y M. se casaron. Ante dios, frente a Bogotá, junto a nosotros. A mí, que era uno de los padrinos, se me quebró la voz y rompí a llorar cuando tuve que hacer el brindis por su felicidad, que me hace tan dichoso y me ha enseñado tantas cosas...
(vuelvo a intentarlo aquí de nuevo y me vuelve a agarrar el nudo - silencio)

Bogotá desde los altos de Suba; nos queda sólamente una semana y la nostalgia se anticipa a la nostalgia.

Se me quebró la voz y el recuerdo escrito no suple el aire, los sonidos, los abrazos, las despedidas entre lágrimas y las promesas de todos en un año en Madrid.

Hasta pronto. Hasta el lunes. Hasta aquí Colombia. Hasta tan hondo. ¡SALUD!