Dolor
Son las siete y media de la tarde y hace apenas una hora que he salido de la cama. Esta mañana, cuando sonó el despertador a las 7:00 descubrí que no podía mover el cuello y que mi lado izquierdo se movía con dificultad. Pero ya he aprendido a dominar el pánico y a esperar para saber si debo alarmarme, visitar al médico para que me recete corticoides o si es sólo un amago de brote que pasará sin más. Aunque duele, coño, duele.
No quiero que sea más. Ahora, más que nunca, quiero moverme.
Me anima descubrir en mi entrada del día 10 de Septiembre de 2002 que salí estupendamente de otra de estas crisis. Eso sí; esa vez dejé a mi marido. Para siempre.
Curiosas parálisis que me fuerzan a avanzar soltando lastres...
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