miércoles, septiembre 11, 2002

¿Estaré Yo en el Infierno?



Ese es el título del pasquín que me entregaron el lunes por la mañana al salir del metro. Como si no fueran suficientemente duros los comienzos de semana, para además tener que plantearme mi futuro entre el fuego eterno.

Porque después de revisar la lista de TOP PECADOS extraídos de la Epístola de Pablo a los Romanos , no me caben dudas de mi destino:

Se han llenado de toda injusticia, maldad, avaricia y perversidad. Están repletos de envidia, homicidios, contiendas, engaños, mala intención. Son contenciosos, calumniadores, aborrecedores de Dios, insolentes, soberbios, jactanciosos, inventores de males, desobedientes a sus padres, insensatos, desleales, crueles y sin misericordia. (versículos 29-31)

Ganas me dieron de volver a encontrarme con el pollo que repartía los folletos y responder: "¡SÍ! Yo SÍ estaré en el infierno..."

En descarga de tan brutal titular y contenidos, debo decir que su texto contiene una de mis citas bíblicas preferidas:
Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? (Jeremías 17:9)

Animada, animada, lo que se dice animada, no es. La verdad. Pero tampoco está mal un poco de temor a Dios entre tanto optimismo naif que nos rodea:
- Chenoa, que afirma hoy en la portada de Semana que "Todo está perfecto".
- y el primer plano de Bustamante en las vallas publicitarias con el eslogan "Cantabria seduce"

¡Ingenua juventud! ¡Nos veremos en el infierno!