viernes, noviembre 29, 2002

Pudores fríos


Anoche me quedé en casa y terminé el libro de Strindberg, hecho que - creo - va a ser muy positivo para mí y para este diario. Lo que no sé es cómo nos va a sentar el último Marías, Tu rostro mañana. A ver.

También escribí un texto breve que planeaba publicar aquí con el título de "Obsceno", donde confesaba todos mis conflictos sexuales; cosas como que tengo más voluntad que aptitudes para el sexo, más vocación que oportunidades, que jamás me empalmo en sitios públicos (a excepción de saunas y sex-shops, claro...) y otras cuestiones espinosas. Pero no lo publiqué. Porque pensé que, después, mi amigo A. me regañaría; él es muy púdico (con lo suyo y con lo de los demás), y porque no sé si me siguen leyendo los que han follado conmigo y lo mismo les daba por comentar y ampliar datos con pelos, señales y escabrosas revelaciones que me dejarían aún peor de lo que yo me había definido en el textito.
De todos modos, creo que ese "Obsceno" lo voy a incluir en mi novela y me va a ayudar a seguir con ella, a darle la vuelta que necesitaba.

Es que contar mis intimidades carnales a los pocos días de publicar mi foto, me parecía demasiado. Incluso para mí.