domingo, febrero 03, 2002

La XVI Edición Premios Goya fue, un año más, una demostración de inteligencia y buen gusto. Nada de ballets. Un espléndido gúión. Un decorado más que correcto.
A destacar:
- el chico guapo con gafas que estaba sentado al lado de Amenábar, ¿sería su pareja? Lindísimo
- Rosa María Sardá, espléndida. Presentadora, premiada, directora y guionista. Espectacular.
- Marisa Paredes, otro año más, borracha como una cuba. ¡Pobre!
- La cara de Almodóvar detrás de Amenábar mientras éste agradecía el premio al mejor director del año: un poema épico.
- La decepción que supuso para mí que a Eusebio Poncela no se llevara un merecidísimo Goya (la independencia del francotirador tiene sus inconvenientes).
- La cara de vinagre de la ministra.
- El estupendo número de magia Segura/Sardá.
- Pilar López de Ayala, encantada de ganar por la mano a Nicole Kidman (estas cosas pasan una vez en la vida, nena).
- Eché de menos que Cuerda y el chico de Polanco no agradecieran a Tom Cruise la pasta que puso cuando subieron a recoger el Goya a la mejor película del año.
- Triste que TVE homenajeara a Bardem tras la gala con la emisión de la peor de sus películas, con Mar Flores como protagonista (¡cielos!)
- La cara de descoloque de los dos niños de Los Otros, que no se enteraron de nada en toda la noche (ángelitos). Bonita imagen la del niño, cuando a eso de la 1 de la mañana, su acompañante le despertó con cosquillas :-)
- ¿Cuándo piensa la Academia hacer como Hollywood y contratar figurantes con smoking que rellenen los huecos cuando los invitados salen a fumar un cigarrillo, a posar para la prensa o a hacer pis? Las tomas con butacas vacías dan una sensación bastante triste.