lunes, abril 03, 2006

Frágil

Hago planes y escribo en un cuaderno todo lo que quiero hacer para mañana y en una agenda, todo lo que tengo que hacer.
Tomo conciencia de mi absoluta indefensión ante la vida, y empiezo a saber que los fracasos son en plural y con minúsculas, pero su efecto más terrible consiste en hacernos creer en su mayúscula singularidad, en quitarnos la fuerza para emprender nuevos proyectos porque nos parece que también fracasarán. Me parece.
También están los éxitos y su espejismo sin ese y e mayúscula. También los he sufrido. Sin embargo nunca se encadenaron suficientes como para engañarme, y siempre acabaron con una decepción final - ajena o propia - de la que creo haber aprendido quien no soy.
Hago planes y escribo en mi cuaderno, en mi agenda, en este diario, y echo una partida al tetris de piezas de miedos que forman angustia en pleno esternón. Y lo peor es que llegará la enfermedad, el dolor y la muerte a dejarme en ridículo y fulminar de golpe mis High Scores.