miércoles, febrero 28, 2007

Sigo con la descripción de la sauna:

De una de las esquinas del bar, la más alejada del vano que lo comunica con las taquillas, sube una escalera de dos tramos hacia el primer piso, donde se encuentran las cabinas privadas; diminutos cubículos equipados con una colchoneta forrada en plástico que descansa sobre un poyo que se eleva aproximadamente un metro del suelo, y con un espejo de cuerpo entero encastrado en la pared frente a la puerta que puede cerrarse con el pestillo del pomo redondo.

Sigo con la descripción de la sauna. Lo anterior lo he incorporado al relato. Me interesa. Y el uso de la segunda persona esquiva la incoherencia que me daba tanto miedo. Ahora la duda que tengo es si debería introducir alguna señal de lo que va a pasar, algo así como:

Cierras la puerta de la taquilla, y a sólo unos cuantos pasos está el bar, cuya parte interior de la barra se comunica con el cubículo del recepcionista quien, en la mayoría de los casos, ejerce también las funciones de camarero o más literalmente, de barman. Pides dos cocacolas, te sientas en una butaca y te quedas dormido. No te has dado cuenta.


Ahora que releo, eso de cuya parte interior de la barra es un espanto. Mejor

Cierras la puerta de la taquilla, y a sólo unos cuantos pasos está el bar, cuya barra se comunica con el cubículo del recepcionista quien, en la mayoría de los casos, ejerce también las funciones de camarero o más literalmente, de barman. Pides dos cocacolas, te sientas en una butaca y te quedas dormido. No te has dado cuenta.



No lo sé.