sábado, febrero 08, 2003

Círculos


Alguien llamó ayer a mi teléfono móvil y colgó antes de que me diera tiempo a contestar. El número que aparecía en la pantalla era idéntico al mío, salvo el penúltimo dígito. Llamé. Me contestó un hombre que me dijo que había tratado de llamar a su mujer, pero se había confundido al marcar.
- Es que el número desde el que me has llamado es igual que el mío excepto en el penúltimo número.
- Ya. Ya lo sé. Lo mismo que el de mi mujer.


Al cabo de un rato, un borracho salió de la cafetería del Círculo de Bellas Artes gritando ¡NO ME TOQUES! Una vez en la calle, se encaramó al alfeizar de uno de los ventanales y empezó a mirarnos a todos, a convocar al camarero al otro lado del cristal. Cuando lo tuvo enfrente, empañó parte del vidrio, dibujó con uno de sus dedos el símbolo de la paz y le invitó a salir a la calle a partirse la cara.

Todo muy circular.
Un personaje de Ionesco en La cantante calva dice: "Toma un círculo, acarícialo, y se volverá vicioso."
Pues sí.