martes, marzo 11, 2003

Deseo


Profeso una rara religión. Es más, ejerzo su sacerdocio ante fieles y ante apóstatas de mi propia fe, cuya doctrina podría resumirse en una frase:

Que la vida te dé lo que mereces

Hay muchos deseos de felicidad, de plenitud, de fortuna, de alegría en esa sentencia tan tonta.

También certeza de vacío, de pena, de soledad, de tedio, de mucha tristeza... Ayer lo supe. Y no lo lamenté por él.