miércoles, octubre 02, 2002

Respuestas [verano 2000]

Miedo a no volver a ser capaz. Y ganas, muchas ganas de compartir. Sí, puedo escribir acerca de la felicidad de instantes, de encuentros, de alivios. Puedo escribir desde la felicidad de un corte seccionado de la cotidianeidad más gris que se ilumina de repente. Sobre la felicidad de las horas regaladas del verano, cuando a las 10 debería ser de noche y nos regalan día.

Hará minutos.
Escribí sobre una barbie que perseguía a un escarabajo

Laurie Anderson y Borroughs cantaban "language is a virus" de Ginsberg.
Y ahora te escuche a ti.
Y lo quise escribir muchas veces, pero ya estaba dicho antes.

Mierda, leí "la última vez"
LA PRIMERA fue cuando tenía + - 8 años y escribí una ficción mala sobre una noticia peor acerca de un padre que había pegado una paliza a su hijo.

Tampoco recuerdo cuántas veces rompí lo escrito... de lo que sí me acuerdo es de que un día lo cogí casi todo hasta una fecha y lo tiré a la basura. Eso ya no era mío.

Sólo escribo ecos... escribo sólo lo que escribí esa vez que te contaba... todo el tiempo está aquel hombre pegando a su niñito/mi
- unas veces feliz porque hubo magia
- otras asustado porque papá vuelve enojado
- otras esperanzado en un papá más fuerte que me defienda
- otras ufano porque encontré nombres de cosas que me harian más fuerte
- otras tan triste porque descubro que
sólo escribo ecos... escribo sólo lo que escribí esa vez que te contaba... todo el tiempo está aquel hombre pegando a su niñito/mi

Me gustan las comidas frías. Los gazpachos, las ensaladas. Me encantan las verduras a la brasa y el pescado de los puertos de mar. No me gusta la carne. Ni las salsas. Ni los guisos que se comen con cuchara.

NO.
Me cuesta llorar.

Por cierto: sí, probé el dulce de leche...
PERO
prefiero la leche de dulce.

El último poema escrito, no es tal. Es un boceto de uno que sería.
Pero como ando en bolas ante ti, ni siquiera esto me avergüenza mostrarte:
Deseo
un Cristo más hermoso
de un Dios crucificado
o cruzado de brazos.
Lo mismo da.
Una luz de placebo.
Y una esperanza que se fuerza
.

Aún no tiene nombre. Ni siquiera sé si algún día será poema. Es sólo un vuelapluma en un banco de la calle, a la sombra.
Qué buena tu pregunta: ¿cuándo sabés que un poema está terminado? creo que cuando lo trabajo en casa, pruebo opciones, lo leo en alto, me lo escucho, lo guardo a solas algunos días y lo releo. Si funciona (si hay emoción, sentido y una llavecita) está terminado. A veces encuentro algunos que al cabo de los días no me gustan. Los guardo para volverlo a trabajar. Pero nunca lo hago. También tengo un cementerio de poemas.
No soy capaz de reciclar poesía. Pero claro que los lloro y los grito. Casi siempre mudo y a solas.
Casi nunca con alguien que pregunte.
Pero el sueño de poema es común. Pasa a menudo. Palabras. Texturas. Sensaciones que en sueños
me dan pautas posteriores. Tal vez porque sueño vida y la traspaso al papel.
Mi primer poema (eso sí lo recuerdo) llegó de un sueño. Yo tenía 12 años y mucho miedo. Ahora tengo 28 y algo menos.
Era un verso raro el que nació del sueño: "mahonesa sobre cemento, negro alquitrán sobre hielo". no lo recuerdo entero. Ni siquiera sé si lo tengo en algún lado. Algunos versos sueltos me suenan:
no temas a las serpientes
ni a las risas de los zorros...


¿Poesía premonitoria? Cuando era niño dibujaba todo el tiempo en los libros de texto el rostro de un hombre con gafas,
ojos tristes y boca carnosa. Una mañana me miré al espejo y me reconocí.
Muchos de mis poemas se hicieron realidad. Poemas de caminos. De magias.
Quizás sea que al escribir me sale lo que de mí no conozco y es lo que me lleva a vivir.

No probé nunca las milanesas. me gustan los alfajores.

SiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiÍ
lleváme al Caribe a tomar sol.