miércoles, enero 24, 2007

Paki[stán]

Me levanté temprano, desayuné - poco, me aburre desayunar solo - y escribí el post para el periódico. Después hablé con R. para decirle que no tenía claro el nuevo blog y que preferiría no hacerlo - lo mismo que Bartleby. R. lo entendió, aunque me propuso que lo siguiera pensando y viera si más adelante lo quería hacer. No lo sé. Más adelante lo veré.

Estuve leyendo online una revista estupenda que me descubrió Javier, y escribí sobre ella en Lector Ileso. Javier y yo quedamos a comer.

Salí de casa con tiempo de sobra para pasar por el estanco y comprar un cartón de Camel, y de camino a Sant Antoni vi unas alianzas en oro blanco en una joyería, así es que entré a preguntar. Me parecieron bonitas, pero caras. Sencillas, bonitas, caras. El joyero me dijo que son de una colección de Brad Pitt, un dato que supongo que debe de ser bueno para otro target, pero que a mí me horrorizó. Me imaginé casándome con unas alianzas de Brad Pitt después de haber pagado 1.000 euros, de los cuales seguro que alguno contribuye a que el actor y la pesada de su mujer le compren leche materna a alguno de sus niños negros. Me niego a contribuir a esa patochada paternomaternalista que me parece tan mal.

Me encontré con Javier y nos fuimos caminando hasta el restaurante ecuatorianopakistaní donde habíamos decidido almorzar. Estaba cerrado. Raro. Pensamos que a lo mejor hoy era algún santo pakistaní. 'A lo mejor hoy es un san-algo-paki', le dije a Javier, y él me dijo que desde lo del GH inglés la palabra paki no estaba muy bien vista. Pero a mí me parece muy simpática. Lo mismo que los pakistanís.

[Ahora que releo lo anterior, me río. Entre el comentario de los niños negros de los Jolie y esto de los pakis parezco un xenófobo en toda regla. Jajajaja.]

Como el ecuatorianopakistaní estaba cerrado, nos fuimos a comer a otro sitio que Javier conoce; un restaurante pequeño y muy bonito que hay detrás de La Boquería. Estupendo. Comimos muy bien y muy barato. Y vimos entrar el sol por una cristalera que le daba a la gente que estaba sentada junto a ella un aspecto muy chic.

Hablamos de un libro que yo había descubierto esa mañana gracias a él - House of leaves -, de los libros raros, de lo poco que han trabajado los escritores con el soporte, a diferencia de los artistas plásticos. De la novela de Davis que me gustó tanto, de La historia interminable y de libros juveniles.

Dejé a Javier en La Central y yo me fui dando un paseo hasta Cartier - esa parte me la salto, que se puede leer en el blogue.

De vuelta a casa estuve viendo una exposición preciosa de los dibujos de Barceló para La Divina Comedia, después pasé por el Caprabo para hacer compra y por una frutería que he descubierto en el barrio con una pareja gay encantadora. Lo del Caprabo me lo traen mañana. En la frutería compré clementinas y manzanas.

Esta noche me toca ver a Quintero en la tele entrevistando a Farruquito y escribir sobre ello más o menos en tiempo real. Mañana, iré con Javier por la mañana a un desfile de Women's Secret. A ver...