sábado, marzo 17, 2007

Mientras tanto,
en estos trasiegos de memoria antigua que me llega en forma de referencias inesperadas, de voces en la radio, de portadas históricas, de personajes de la literatura clásica, de nombres propios de ficción,
...
olvido el pin de mi tarjeta de débito.

Entro al cajero, como hago siempre, inserto la tarjeta en la ranura y descubro que no me acuerdo.

Eso fue anoche.
Esta mañana, sigo sin recordar.
He llamado al banco y esta semana me envían por correo un nuevo pin. Un nuevo código de cuatro cifras. Y me da miedo.
Me da miedo la nueva combinación numérica que pueda recibir. Que pueda tener que ver con los números que llevo escritos hasta ahora...

'Todo lo que hice con dinero'. Con el dinero que no puedo sacar hasta que no reciba por correo el nuevo número.