miércoles, enero 08, 2003

Totalísima


Si total, era mi penúltima noche de vacaciones. Unas cuantas cervezas seguidas de unos cuantos gintonics no hacen daño a nadie. Qué más da que sean las dos de la mañana y todas las maricas de este bar, a excepción de mi amigo J.Q. y yo, parezcan escapadas del yacimiento de Atapuerca (pero muy puerca...). Si total, qué importa que esta especie de travesti MAMARRACHA (pocas veces puede usarse este adjetivo con tanta propiedad) tenga el mismo sentido del humor que Ozores en sus momentos más sórdidos (no mona, la bolsa de Puma no me la han traído los Reyes...). Qué tiene de malo que este chico tan guapo me bese en la boca y se marche ("eres muy guapo", me dice. Gracias. Tú sí que sí), me suba la moral y me condene a salir a buscar una sauna abierta a las 4 de la mañana donde el único cliente soy yo. Yo, que entro a una cabina, donde despierto con la piel pegada al plástico de la colchoneta, sin saber dónde estoy ni qué hora es (¡las 11 y media de la mañana!) y me muero de frío. Y sigo siendo el único, que se bebe una Coca Cola, se viste y se marcha a casa a dormir un poco más.

Madrid: ¡ya estoy aquí!