lunes, agosto 25, 2003

Bob's back


Ya estoy aquí. Me fui. Volé - por los pelos- con Air Luxor (que suena talmente a villano de Superman; convencido de que en el transcurso del vuelo nos darían kriptonita - la primera palabra con "k" que usó una generación a la que luego le entró desmedida afición por tal letrita- y lo único que estuvo a punto de darnos fue un ataque de cólera (divina) tras llegar a Barajas y descubrir que:

1. el vuelo había sido cancelado
2. el vuelo no había sido cancelado, SÓLO retrasado cinco horas
3. mi nuovonovio no podía viajar con su documentación, "porque el avión viene de Maldivas", dice la azafata de Iberia que factura. "Porque el avión va a Angola", dice el policía malencarado.
"Joder - pienso yo - pues sí que tiene que ser cansado ser azafata de Air Luxor. No me extraña que se metan kriptonita")

Cólera vulgar, nada divina. Odio ser español en estos momentos. Qué asco. Qué pena con la visita y qué ganas de llorar (ay, pero yo no me quedo con las ganas y lloro de rabia y de asco y ataque de ¡quépaís!)

Todo se soluciona finalmente. Tan fácil como cambiar la puerta de embarque. Toma ya. Yo lo flipo con el Papa y alucino como un pepino. Todo a la vez. Salimos hacia Lisboa a las 3 de la mañana. Llegamos a Lisboa a las 3 de la mañana.

Diez días honeymoon total. Paseos deliciosos. Comidas fabulosas. Fotos de esas de ahora yo a ti, ahora tú a mí, de reportaje del Hola.

L'Amour... de película francesa, de cine musical y dos que corren por la calle agarrados de la mano mientras cantan, de poema de García Montero cuando se enamoró de Almudena...

L'Amour que provoca miradas reprobatorias en los lisboetas, miradas que no me explico, porque Lisboa es un destino tan marica... no sé. Lo mismo es que no habían conocido parejas tan empalagosas como la nuestra... y me parece fatal - que os quede claro, lectores - que os hayáis querido tan sobrios en Lisboa y no nos preparárais el terreno y los curáseis de espanto. Pero bueno, alguien tenía que hacer el trabajo. E it's done.

Ya volví. De nuevo en el trabajo. Qué pereza, Señor. Qué pocas ganas. Qué atrapadito me siento. Como dice el gato de 'Coraline' (un libro infantil fantástico que me estoy leyendo gracias a la recomendación de Miko): 'Spiders' webs only have to be large enough to catch flies' Y esta oficina tiene espacio de sobra.

Bienhallado. Bienvenidos a todos.