domingo, febrero 17, 2002

Piedras, la película de Ramón Salazar seleccionada para la Berlinale está siendo sobrevalorada por la crítica patria.
Desgraciadamente, es una película pretenciosa (más que ambiciosa) con una espantosa dirección de actrices donde vuelven a aparecer los peores defectos de Najwa Nimri (que pretende emocionar con un sentimiento que no deja ver en ningún momento, fria como una piedra), Angela Molina (que retorna a sus viejas andadas de bellísima actriz de poderoso rostro pero con una dicción imposible, debería hacer ejercicios de vocalización con piedras en la boca, lo mismo que la divina San Juan, que cada día habla peor...).
El guión, además, es pedante, obvio, ridículo, y provoca lo peor que puede provocar un drama: risas en el patio de butacas de espectadores que no nos creemos nada.
Me gustó 'Hongos', el corto de Salazar repremiado, y pienso que de Piedras podrían haber salido tres o cuatro buenos cortometrajes, en lugar de este flojísimo largo de casi 120 minutos.
Actualidad eresMas publica la noticia del suicidio el pasado viernes del número 2 de Nicolás redondo a causa de la tensión vivida en el País Vasco. No sé porqué, pero esta noticia me conmueve más incluso que muchos atentados. Sin embargo, a excepción de El Mundo (fuente de Eresmas), no he visto esta noticia en ningún otro medio, ni en TV.
El gobierno Aznar ficha a un atleta alemán para que gane un par de medallas para ¡ESPAÑA! y afirme el orgullo patrio (con el añadido de que una de las disciplinas en las que consigue el oro es esquí de fondo: el deporte del Presidente). España no sólo va muy bien: mejora con los años. 22 millones de pesetas por cada oro (en €, 132.000)
Una niña musulmana recorre un viacrucis para poder llevar chador en el colegio. La prensa acusa al padre y denuncia la sumisión de la mujer instaurada por el islam... ¡JA!
Este año Eurovisión volverá a ser ese acontecimiento nacional que fue con Massiel y el LALALA... deja, deja, vú
La policía arrasa plazas y parques centros de botellón.
Cada día algo huele más a podrido en España y dan ganas de salir de aquí y hacerse portugués. Al menos, de momento.