lunes, enero 08, 2007

Tokio

Me despiertan los gritos de Jiménez Losantos, cuyo programa ha sintonizado mi novio en la radio despertador para empezar el día enérgico. No. Ahora recuerdo que fue la noche anterior cuando sintonizamos la COPE y escuchamos un programa nocturno de confidencias en el que un oyente treintañero relataba su relación incestuosa con su hermana. En la COPE.

Los gritos de Jiménez Losantos. Un café y el post del día para el periódico. Ducha. Tareas propias de mi sexo y Mansos. La Novela.

Escribo poco más de una página y la frase con la que termino me empieza a contar algo de lo que no sabía que iba a hablar en este libro. Eso pasa.

Salgo a comer con mi novio y me encuentro en el rellano con una vecina joven y mona que llama en francés a su enclenque caniche jorobado, que tras negarse a responder a sus 'allez, allez', baja las escaleras en los brazos de su dueña.

Mauro y yo comemos en el sitio de siempre y él viene conmigo a casa a descansar un rato antes de tener que volver a la oficina. Yo he quedado con Alberto Olmos para hacerle una entrevista sobre la novela que está a punto de publicar, 'Trenes hacia Tokio'. Una entrevista a través del messenger de msn que me retrotrae a Internet Siglo XX, con caídas en la conexión de Alberto que me dejan con preguntas en el aire.

Una entrevista preciosa, que aún no sé dónde ni cuándo voy a publicar, pero preciosa. Una vez más, Alberto me da lecciones de literatura y me hace sentir muy pequeño. Tanto como el pianista suicida de El Malogrado de Bernhard, que renunció a lo que buscaba después de escuchar a Gould tocar las Variaciones Goldberg.

Leo a Bernhard, escucho a Gould, pienso en mi charla con Olmos. Escribo ¿Qué destruye más a los otros; nuestro éxito o nuestro fracaso?

Por suerte, me saca de mi estado de autocompasión una oferta para un nuevo blog que me hace mucha ilusión. Y la visita de Davit, el cuñado de Javier, que viene a llevarse el resto del lote que le corresponde de los excedentes de mi mudanza. Y la llegada de Mauro, con cena caliente que nos zampamos cual matrimonio respetable frente al televisor - hoy quería ver un programa que estrenaba TV3 para hablar de él mañana.

Escribo esto mientras hablo con mi amiga Lola, que me hace una propuesta tan cariñosa, tan emocionante, tan bonita...

... hasta mañana.