domingo, enero 19, 2003

Una Gran Dama


Adoro a Doña Amalasunta Ponce de Alfaneque y Manso de Jarama, viuda de Esparagoza. Una mujer que piensa, habla y se comporta del modo en que lo hace ella, merece mi absoluta devoción. Una mujer que ante la invitación de su hijo a visitar con él Cartagena de Indias es capaz de responder:

"(...) Ante todo, si viviéramos en Europa y esta invitación me la hubieras hecho allí, tal vez lo habría pensado, puesto que en esos países para conocer el mar no es necesario untarse de negros como ocurre aquí. Además, no sé si recuerdas la cartilla de urbanidad que escribió nuestro pariente Saturnino Suescún, que tú te aprendiste de memoria en la niñez, y uno de cuyos preceptos esenciales es el de no sudar por ser este acto incivil y asqueroso tan propio de la más ruin canalla como inadmisible en gente de nuestra calidad.Ahora bien: los blancos somos poco propensos a esa porquería, como sí lo son los negros; sin embargo, siempre existe el riesgo de que caigamos en ella contra nuestra voluntad por efecto del calor excesivo, y yo no estoy dispuesta a que Trimegisto Esparragoza y Ponce de Alfaneque vea a su madre sudando como una africana cualquiera."


...es digna de admiración.

Una mujer que resume el asunto Wally Simpson con tamaña claridad:

"(...) Espero que no lo hayas olvidado, pero no sobra recordarte que estabas tú en Inglaterra cuando al monarca le dio la ventolera de casarse con una guarra norteamericana que se había entregado a más hombres que estrellas tiene el cielo. Se le dio la oportunidad para que desistiera de tamaña aberración pero él se empecinó porque esas brujas disponen siempre de artificios diabólicos y bebedizos que los buenos cristianos desconocemos pero que ellas manipulan con maestría. Entonces, Su Majestad Eduardo VIII, heredero del imperio más poderoso y extenso de la Tierra, se vio obligado a abdicar porque ni la Realeza ni el Parlamento de la Gran Bretaña podían tolerar que la Reina Consorte, la esposa del Rey de Inglaterra y Emperador de la India, fuese una perdida y una logrera desvergonzada.(...)"

... debería ser elevada a los altares. Eso sí, en buena compañía. En la de nuestra candidata favorita, Ana Botella. Porque ella también es capaz de perlas literarias de altísima calidad. A saber:

"La adopción de hijos por homosexuales no es una cuestión moral, sino científica."

Desgraciadamente, Doña Amalasunta Ponce de Alfaneque y Manso de Jarama, viuda de Esparagoza es un personaje de ficción. Y A.B., no.

[NOTA: Doña Amalasunta Ponce de Alfaneque y Manso de Jarama, viuda de Esparagoza habita en "Espárragos para dos leones", de Alfredo Iriarte.
A.B., en mis peores pesadillas.]