viernes, septiembre 15, 2006

Quince de Septiembre

No recuerdo haber herido. Si acaso por omisión y ausencia. Pero cuando me llegan del pasado airados rostros en directo que aún se duelen de mi ofensa, pienso si el dolor que les provoca tal rabia significa que poseo una prodigiosa desmemoria o que llegué demasiado lejos con mezquinos.
Mensajes anónimos que supuran un resentimiento que - creo - no puede haber provocado solamente lo que escribo. Que hay algo personal. ¡Para noico, yo!