sábado, septiembre 28, 2002

Miradas

Anoche A. y M. (preciosa pareja heterosexual que junto a A.B., la buena, conforman mi triada de 'mejores amigos') me sacaron a cenar rico y después a bailar a un bar gay (... tengo el cuerpo muy mal, pero una gran vida social...).

En el bar, una pareja de chicos se besaban al bailar, se abrazaban... se miraban. La mirada de uno de ellos, del bajito y gordito, era de tal embeleso cuando posaba su mano en el vientre liso del otro o se apoyaba en su pecho que sentí dolor, ganas de moverme de donde estaba bailando mano a mano con M. para acercarme hasta él y decirle "No le mires así, coño. ¿Que no te das cuenta de que es imposible que alguien a quien miras así te tenga respeto?" Pero no lo hice. Me limité a decirles a mis amigos - entre risas - que lo sentía por ese muchacho que parecía tan enamorado, pero que no iba a pasar mucho tiempo hasta que el otro, el alto flaco, un poco calvo, lo abandonara.

Y nos preguntamos por las veces que nos habían mirado así. Por las que habíamos mirado así (¿jajajajajaja? ¡snif!)