jueves, febrero 22, 2007

No funciona este salto del CAPÍTULO 3 [SU DESCONFIADA ESPOSA]

El mejor amigo de ella eras tú, y estabas allí, rodeado de viejos que también veían la película mientras Nacho follaba, por ahí, arriba.Hasta que fue a buscarte para ir juntos al jacuzzi. Pero - IDIOTA - ni tu madre era Lauren Bacall, ni tú su mejor amigo, ni Nacho te había llevado a la sauna para follar contigo.


Y además, estoy dejando pasar una buena oportunidad para explicar algo más acerca de las saunas gays, que es donde transcurre la acción de la novela.
Me encuentro con un problema de formas verbales que no entiendo cuando releo por primera vez, un paso del 'yo' al 'tú' que me despista.

Lo vuelvo a leer y ya lo entiendo - creo.

Estoy utilizando dos formas verbales como tiempos verbales. Yo - Presente. Tú - Pasado.

Lo entiendo, pero sigue sin convencerme. Lo entiendo, pero no lo explico.

Saco una toalla, la extiendo - me puede servir -, me quito los calzoncillos, los guardo en la taquilla y me ajusto la toalla a la cintura a duras penas. Saco el Camel del bolsillo de mi gabardina y cierro la puerta de la 26 con la llave que me pongo en la muñeca, la pulsera de "cuero bueno, debe de ser", pienso; porque son las mismas que te dieron en 1989.

Voy hasta el bar, pido dos cocacolas, fuego al camarero, muestro mi número, me siento en un sofá.

Tú, aquí. Con 18 años la primera vez.

Con Nacho. Tu primer Madrid de noche, después de una incursión en el Retiro aún con luz de día, para mostrarte la zona de cruising, liguegay, "según entras por Moyano, a la izquierda del Ángel caído. Acuérdate de eso; así no te pierdes". A la siniestra de Lucifer.

Se me ocurre explicarlo con un cambio de capítulo y un juego de repetición.

Saco una toalla, la extiendo - me puede servir -, me quito los calzoncillos, los guardo en la taquilla y me ajusto la toalla a la cintura a duras penas. Saco el Camel del bolsillo de mi gabardina y cierro la puerta de la 26 con la llave que me pongo en la muñeca, la pulsera de "cuero bueno, debe de ser", pienso; porque son las mismas que te dieron en 1989.

Voy hasta el bar, pido dos cocacolas, fuego al camarero, muestro mi número, me siento en un sofá.


DOS.

Tú, aquí. Con 18 años la primera vez.

Las mismas que te dieron en 1989.

Con Nacho. Tu primer Madrid de noche, después de una incursión en el Retiro aún con luz de día, para mostrarte la zona de cruising, liguegay, "según entras por Moyano, a la izquierda del Ángel caído. Acuérdate de eso; así no te pierdes". A la siniestra de Lucifer


Y me parece que funciona. Aunque mejor si titulo los capítulos.

UNO. BORRACHO

DOS. TÚ AQUÍ.
El principio funciona, aunque en los primeros párrafos ya hay algo que no acaba de gustarme.

Ya afuera. Como si hubiera salido de allí sosteniéndome en el aliento sólido que expelo al hablar, y hubiera ido avanzando, primero con una mano, después con la otra, desde las primeras palabras, "Me marcho", para ir dándome impulso, como quien cruza el vacío colgado de una soga; hasta encontrarme a la puerta del bar, ya fuera. "Cansado". Me suelto muy despacio.

"Borracho", pienso.

No me gusta el uso del verbo 'sostener' en ese párrafo. Lo que yo quiero decir es otra cosa. La imagen es la de alguien a quien apenas sostienen sus piernas y tiene que agarrarse a una barra horizontal para poder avanzar. Como esos enfermos que van a rehabilitación, a quienes levantan de su silla de ruedas para que se sujeten a un par de barras horizontales, con una mano a cada una, y avanzan poco a poco, entre sudores y dolor hasta llegar al final. Esa es la imagen.

COÑO, pues si esa es la imagen, no sé qué hago utilizando la de 'como quien cruza el vacío colgado de una soga'. Yo quiero hablar del enfermo en rehabilitación.

Ya afuera. Como si hubiera salido de allí sosteniéndome en el aliento sólido que expelo al hablar, y hubiera ido avanzando, primero con una mano, después con la otra, desde las primeras palabras, "Me marcho", para ir dándome impulso, como esos pacientes que acuden en silla de ruedas hasta las salas de rehabilitación de un hospital, a quienes alguien levanta para instalar erguidos entre dos barras verticales a las que deben sostenerse, una mano en cada una, para ir avanzando a pulso, entre sudores y dolor; hasta encontrarme a la puerta del bar, ya fuera. "Cansado". Me suelto muy despacio.

"Borracho", pienso.


Apoyándome. Mejor.

Ya afuera. Como si hubiera salido de allí apoyándome en el aliento sólido que expelo al hablar, y hubiera ido avanzando, primero con una mano, después con la otra, desde las primeras palabras, "Me marcho", para ir dándome impulso, como esos pacientes que acuden en silla de ruedas hasta las salas de rehabilitación de un hospital, a quienes alguien levanta para instalar erguidos entre dos barras verticales a las que deben sostenerse, una mano en cada una, para ir avanzando a pulso, entre sudores y dolor; hasta encontrarme a la puerta del bar, ya fuera. "Cansado". Me suelto muy despacio.

"Borracho", pienso.

Nueva resurrección de este blog que ha muerto en falso más veces de las que vivió de veras.

Nuevo Día de Trabajo que recupera su sentido inicial de bitácora como testigo de mis jornadas laborales.

Todo lo que hice por dinero. Así he decidido llamar a mi novela. No más MANSOS. TODO LO QUE HICE POR DINERO. Mejor. Porque eso es lo que me interesa de la historia, de eso quiero hablar.

Llevo, no sé cuánto. Más de un año. Llevo más de un año a vueltas con esta novela, y no acabo de disciplinarme,

NO, NO ES DISCIPLINA

No acabo de entregarme a ella.

ES ENTREGA.

Llevo más de un año como la Duras, 'pensando en lo que escribiría si escribiera'. Y no podía más. Pensé en dejarla. Pensé en convertirla en una novela por entregas. Pensé en transformarla en un blog. Pensé tantas cosas, porque mientras pensaba en ellas no escribía. No me enfrentaba al miedo que me da la historia, la escritura como renuncia a tantas cosas - creo que era Pombo quien decía que escribir significa decir no a muchas cosas.

Excusas. Excusas.

Pero no sólo. También es verdad que después de tantos años escribiendo de manera tan frenética en blogs, la escritura de una novela que no ve más que mi disco duro se me hacía muy rara. Como si oliera a cerrado, como si no fuera capaz de la tarea de escribir sin esa satisfacción inmediata que producen los blogs. Que SON algo - lo que sea - en cuanto se pulsa el botón de publicar.
No es tanto la 'interactividad' o la opinión de los lectores - que he aprendido a despreciar con los años que llevo en esto -, sino la sensación de 'obra acabada'. El mismo placer que me producía escribir poesía, cuando lo hacía.

Por eso reabro este blog. Como una herramienta exhibicionista para darle sentido al proceso. Como un cuaderno de notas, de apuntes, de apostillas a lo que voy escribiendo.

Esto es lo que es. Esto es lo que hay. Esto es lo que escribo.

NOTA 1. Mantendré activo este blog mientras escribo la novela, e iré publicando en él 'en vivo', según se me vayan pasando ideas por la cabeza las iré escribiendo aquí. Apuntes, detalles, recuerdos, palabras que no encajan... no lo sé muy bien aún. Lo iremos viendo.

NOTA 2. Se reciben comentarios, pero no se responden.

NOTA 3. Los posts no tendrán título.