martes, enero 14, 2003

El apuntador


Escribir este diario es pasarle información al enemigo. Lo hablaba anoche con A. y M., tan juiciosos como siempre.

Quien me lee sabe siempre dónde estoy, qué echo de menos y qué resortes pulsar en mí para poner en marcha mis mecanismos de ternura.

Este diario es literatura inversa; palabras propias que en vez de acertar contundentes contra el lector, le suministran municiones, balas, balazos que confío me alcancen cara a cara, cara a (hot)mail, cara a messenger...

¿Y qué? ¿Qué tiene de malo sugerir el guión del contrincante, redactar los diálogos de toda la película? Ya lo decía mi abuela: "Si quieres que algo esté bien hecho, hazlo tú mismo". Y no... ¡más pajas ya no!