lunes, abril 12, 2004

¡A mí la Legión!
(Eastpone mon amour)


Mi novio y yo nos subimos el miércoles a un avión nocturno rumbo a Málaga, en el mismo vuelo que Enrique del Pozo y Kiko Matamoros (por separado, creo). Prueba indiscutible de la inexistencia de Dios: no nos estrellamos.

Llegamos a Málaga con casi dos horas de retraso, y allí estaba Cristinamore esperándonos linda, morena, aunque sin llegar a los extremos del grupo de mujeres con el cutis calcinado que me hacían pensar en una vuelta de tuerca a esa famosa pregunta/respuesta de nuestro nunca suficientemente loado expresidente Aznar: "¿Cómo le gusta la mujer?/ Mujer mujer" respondió él. De haber estado el miércoles de madrugada en ese aeropuerto, sin duda habría respondido: "Poco hecha."

El jueves desayunamos en el hotel y nos fuimos a tomar un café frente al mar a esa institución eastponense que es el Chringuito Paco Beach. De ahí, a Málaga capital. A comer una paella deliciosa, a pasear y a disponernos a coger el mejor sitio para asistir a la primera salida del día: el Cristo de la Buena Muerte.

El Cristo de la Buena Muerte. Jueves Santo.

Ingredientes:
  • Luis del Olmo, de Hermano Mayor

  • La Legión Española (cabra incluída)

  • El Cristo (obviously)

  • Preparación:
    Sáquese a Luis del Olmo en primer lugar, con su bastón de mando de plata mexicana. Fórmese a los legionarios frente al Cristo y póngalos a cantar "Soy el novio de la muerte" mientras desfilan y se atisba la melena del Cristo al salir de la Iglesia.

    ¡Qué maravilla! This is Spain: los mass-media, la Legión y Dios: todos juntos en un delicioso potaje con el que se me saltaron las lágrimas.

    Soy un hombre a quien la suerte hirió con zarpa de fiera, soy un novio de la muerte que va a unirse en lazo fuerte con tan leal compañeraaaaaaaaaaaaa.

    ¡Menos estilistas y más legionarios es lo que necesita este país!

    Aunque no sé si mi novio - cuya quijada sigue perdida por las calles de Málaga - está de acuerdo. O la mamá de Cristinamore, Doña Araceli, a punto de convertirse al Islam.

    Lo que sí sé, lo que tengo clarísimo, es que La Pasión de Mel Gibson se queda a la altura de Zeffirelli (a dos patas) si la comparamos con esto.

    NOTA: Si a esto le sumamos la contemplación televisiva de: Maricarmenysusmuñecos, Moncho Borrajo, una peli de Alfredo Landa con Helga Liné, un pedazo de Noche de Fiesta y mi melodiosa voz viril entonando en todo momento el himno de La Legión, obtenemos la inmediata renuncia de mi novio a nacionalizarse español. Anda buscando algún país del Primer Mundo al que apuntarse.

    ESCUCHO: Soy el novio de la muerte. Mmmmmmmmmmmmmmm.

    Feliz semana a todos.