miércoles, junio 12, 2002


DE PORNOGRAFÍA INFANTIL Y CÁMARAS OCULTAS
Vaya por delante que me desagradan las manifestaciones de pornografía infantil. Venga detrás mi espanto ante abusos sexuales a menores (sexuales y de cualquier otro tipo), pero...
... me pregunto si el deseo es punible. Me pregunto si el consumo de pornografía infantil es algo más que una extensión del deseo íntimo. Me pregunto si encarcelar a los consumidores de pornografía infantil evita en algo los abusos a los niños. Me pregunto cuánta gente que fantasea con relaciones sexuales con menores sería capaz de mantenerlas. Me hago muchas preguntas.
Y me hago tantas preguntas porque ayer vi en Telemadrid un reportaje de ElMundoTV (el mundo te ve con cámara oculta... ¡cuidado con lo que haces, cuidado con lo que dices..!) acerca de pedofilia, bastante sorprendente porque:

1. Nunca he visto en mi vida algo tan pornográfico en televisión.

2. Si pretendían poner al descubierto a un pedófilo, yo lo que vi fue a un cincuentón inflamado de lujuria engañado por una periodista que se hacía pasar por una chica de 15 años y que jugaba con él y con su deseo (no entro en la cualidad de su deseo: no creo que nadie pueda calificar el deseo, propio o ajeno).

Repito: estoy en contra de cualquier abuso, y aún más si es contra niños. Pero a veces pienso que cada vez estamos más cerca de una condena pública de los deseos íntimos. De una caza de brujas de la libérrima fantasía humana.
Y las fantasías no son delito. ¿O acabaremos condenando a los lectores del Marqués de Sade? ¿Al autor de American Psycho? ¿Al Dúo Dinámico porque quinceañosteníasuamor..?

(Si he molestado a alguien con esta reflexión o piensan que soy un monstruo, lo siento. Pero tengo miedo: miedo de lo fácil que es hacer creer a la audiencia que el bien y el mal son conceptos absolutos y que la maldad se capta con una cámara oculta).