martes, diciembre 02, 2003

Abstemioasis


I know, honey, I know... la vida es un asco, fea, grotesca, terrible, pero por eso los oasis, los refugios, los paraísos artificiales de Baudelaire (ya, ya, a mí también me parece un poeta infecto), que no tienen porqué ser sólo absenta y opio, passportcola y ketamina, y ya sé que Sally no te sirve, que la Bowles también era una borracha y terriblemente triste, pero a veces, no sé, a mí casi siempre Sally me anima:

What good is sitting, alone in your room?
But come, hear the music play!
Life is a cabaret, old chum!
Come to the cabaret!
Put down your knitting, your book and your broom
It is time for a holiday
Life is a cabaret, old chum!
Come to the cabaret!


No sé, young chum, lo mismo no tienes que entregarte al macramé, ni a la calceta (aunque a mí unas buenas bufandas de lana con mucho colorinchi me harían buen apaño), pero los libros, ay, los libros sí, los libros nos salvan la vida, y la gente bella (no la que vemos en el Metro con esos tintes, esos zapatos,... no no no).

La gente bella cercana que nos rodea, que te rodea y te quiere así, oscuro. Aunque tu oscuridad no nos dé papel estelar de luceritos, y es que no nos lo pones fácil. Pero estamos aquí, como Elsie, Elsie viva antes de que se le fuera la mano con el licor y las pastis:

I used to have this girlfriend known as Elsie
With whom I shared for sordid rooms in Chelsea
She wasnt what you call a blushing flower
As a matter of fact she rented by the hours
The day she died the neighbours
came to snicker her
Well, that is what comes from
too much pills and liquor
But when I saw her laid down like a queen
She was the happiest corpes I'd ever seen
I think of Elsie till this very day
I remember how she'd turned to me and say
What good is sitting all alone in your room?
Come hear the music play
Life is a cabaret, old chum!
Come to the cabaret!


Venga, ven, vamos al cabaret, amiguito. Pero ya. Hay que empezar a divertirse ya, que nunca se sabe cuando pueden llegar los bárbaros y arrebatarnos nuestra mesa de siempre, quedarse con nuestra tetera, nuestras galletas inglesas y la botella de Perrier. ¡Vamos al cabaret!

(Ay, pero no seas negativo... al Cabaret de Liza, no al de Nati Millán, que ya nos vamos conociendo y seguro que te pones en lo peor...)

Sonríe... ¡CLICFLASHCLIC!